Fútbol, más que una terapia

Hemos hablado muchas veces de que el ejercicio físico, realizado casi de cualquier manera, ayuda a aliviar el estrés. Por eso, cuando las personas mantienen el cuerpo activo crecen los niveles de endorfinas, que aumentan las buenas sensaciones en todo el cuerpo y ayudan a dejar de lado las preocupaciones. . En este artículo hablamos sobre el fútbol, más que una terapia.

la lealtad, el compañerismo, la justicia o el esfuerzo La práctica deportiva se vuelve casi una obligación para aquellas personas que le dedican mucho tiempo del día al trabajo o que, incluso, requieren altos grados de exigencia a nivel mental cuando acuden al mismo. Porque como es necesaria una mente ocupada para tener una mentalidad con objetivos que cumplir, también resulta fundamental incluir en la rutina al deporte para despejar esa misma carga.

La práctica de fútbol resulta un ejercicio muy interesante en las rutinas del día a día, ya que además de mejorar a nivel físico, la socialización que se produce con el resto de compañeros de equipo producirá una mente mucho más saludable. Se estará consiguiendo un cuerpo atlético, pero también una mente más sana.

Descubrir la conexión entre el ejercicio y el control del estrés, es uno de los motivos por los cuales el ejercicio se vuelve un pilar fundamental en la vida de las personas y el fútbol resulta más que una terapia.

 

Time to tackle, la iniciativa para ver al fútbol como terapia

Esta iniciativa fue creada por el jugador de fútbol escocés, Aaron Connolly, y su esposa enfermera, Siobhan Carter. Se trata de una organización que se apoya en el poder que tiene el deporte para ayudar a personas con problemas de salud mental.

El trabajo de esta organización fundada en 2019 resulta similar al de tantas otras. Es decir, formar grupos que se apoyan y acompañan mutuamente, pero con el añadido de las prácticas de fútbol, de apoyo y acompañamiento, con el añadido diferencial de los entrenamientos de fútbol.

Time to tackle, la iniciativa para ver al fútbol como terapia

La repercusión del tratamiento fue tal que hasta el propio Primer Ministro Británico, Boris Johnson le escribió una carta personal al matrimonio: “Me inspiró aprender sobre Time To Tackle y cómo están abordando el estigma que a menudo se asocia con la salud mental. Ustedes saben por experiencia propia lo vital que es abrir conversaciones honestas y de apoyo. Con su terapia de fútbol y grupos de caminata, han ayudado a cientos de personas a mejorar su bienestar físico y mental”.

Aaron Connolly es un futbolista que juega actualmente en el St. Roch’s Junior Football Club de Escocia, y que conoce bien el impacto positivo y transformador que el deporte puede tener en la salud mental. Esto se debe a que hace poco más de 4 años, intentó suicidarse por culpa de una depresión. Y, después de una estancia de un mes en el hospital, pudo reconstruir su vida y fundar Time to tackle. De esta forma pudo demostrar que el fútbol es más que una terapia.

La terapia de la niñez

La terapia de la niñez

El fútbol practicado en edades tempranas supone un deporte para muy interesante para desarrollar lazos afectivos y para permitir potenciar el desarrollo de otros puntos de vista en los niños. Con esto nos referimos al famoso “ponerse en el lugar del otro”, que resulta una habilidad difícil de desarrollar mediante la utilización de otras áreas formativas.

Fútbol, más que una terapiaExisten muchas consecuencias positivas por la participación en el fútbol base, y estas tienen mucho que ver con la calidad de las relaciones sociales que se producen dentro de un contexto deportivo con la competición como objetivo.

Sin embargo, esta competencia también puede resultar negativa para la educación si no es acompañada de buena manera tanto por los formadores como por los padres del niño, generando en los mismos imágenes equivocadas del deporte y el ejercicio. Incluso, puede llegarse al punto de incorporar conceptos de sí mismos que lo confundan y lo hagan auto percibirse como alguien incapaz para la práctica de fútbol. Una valoración muy peligrosa porque podría hacerse extensiva hacia otras áreas de su vida.

Por eso decimos que el triángulo entre el niño, los padres y el entrenador debe estar muy engrasado y seguido de cerca. Ya que el rol del entrenador es educar mediante los movimientos que potencien destrezas psicomotrices dentro de una dinámica de grupo. Los valores como la lealtad, el compañerismo, la justicia o el esfuerzo son solo algunas muestras que afirman que el fútbol es más que una terapia.

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