Manejo de egos en los vestuarios

Aspectos negativos como el egoísmo o la rivalidad tienen especial repercusión en el desarrollo tanto personal como colectivo de un grupo de deportistas y, por ende, de su propio bienestar. En este artículo hablamos sobre el manejo de los egos en los vestuarios.

Los objetivos que tienen estos deportistas de forma individual, están fuertemente orientados hacia su propio ego. Lo que genera una necesidad constante de demostrar sus habilidades y su superioridad hacia sus rivales o, incluso, frente a sus propios compañeros de equipo.

Estructura deportivaPor otro lado, la autoestima de este tipo de deportistas tiene su base de formación en lo que opinen los demás sobre su rendimiento, sus ejecuciones y su forma de competir. Muchos ejemplos hay en el mundo del deporte de elite, donde los Cristiano Ronaldo o Lebron James se han mencionado como los mejores jugadores del planeta en su disciplina más de una vez.

Es por esto que la actuación de la psicología deportiva debe enfocarse en planificar la mejor manera de expresar los objetivos de estos jugadores para centrarlos en los resultados y el rendimiento colectivo. Si se logra planificar de forma correcta una temporada, habrá menos necesidad de enfrentarse, durante la misma, a los egos en los vestuarios.

A mayor cantidad de objetivos cumplidos en conjunto, mayor ánimo positivo dentro de la plantilla. Y esto (si bien no es una garantía de éxito) debería colaborar a que existan menos fricciones provenientes de egos absurdos.

 

Estructura deportiva

Para contener los egos en los vestuarios y realizar la correcta planificación de la temporada, la estructura deportiva y los roles con su correspondiente jerarquía, deberán estar bien definidos.

 

El entrenador

El principal responsable de la gestión de egos en los vestuarios es el entrenador. Su figura debe ser observada por los deportistas como la máxima autoridad y la comunicación ocupa un lugar de importancia decisivo para la actividad del día a día.

Los jugadoresEstos canales de comunicación servirán para mostrarse como líder y convencer a toda la plantilla de que deben creer tanto en él como en el proyecto deportivo.

Para ejemplificar a la perfección este concepto, Unai Emery lo explicó de forma muy sencilla durante una charla con ProLiga: “En un vestuario se producen situaciones que tienes que gestionar. Cada uno tiene su ego y su amor propio, pero las relaciones desde el liderazgo hay que hacerlas a nivel humano. Los grandes futbolistas son personas, igual que los jugadores de otras categorías. Trato de llevar el mismo tratamiento, a nivel individual, porque el mensaje siempre debe ser llegar al nivel humano, seas una estrella o de Tercera”.

 

Los jugadores

Los protagonistas del juego, y por tanto los dueños de los egos en los vestuarios. Deben ser observados muy de cerca por el entrenador para que no llegue a generarse en ellos una personalidad egocéntrica.

Manejo de egos en los vestuariosEs un rasgo muy común y característico de quienes quieren destacar por encima del grupo y, con este razonamiento, suelen anteponer sus objetivos individuales por sobre los grupales. Lo positivo, es que ese ego los lleva a trabajar de manera más intensa para potenciar sus virtudes, y terminan convirtiéndose en mejores jugadores simplemente porque les encanta ser observados.

Pero esa competitividad los lleva a querer demostrar que son mucho más que sus compañeros y suele generar asperezas propias de otros rasgos como lo son la envidia y los celos.

La tarea del entrenador es lograr equilibrar ese ego con todas sus habilidades. Y las intervenciones siempre deben ser a través de una comunicación muy clara. Encontrar las soluciones a tiempo puede ser la diferencia entre un buen o un mal manejo de egos en los vestuarios.

 

La directiva

La directivaPor último, al tratarse de una entidad deportiva, la directiva del club es la responsable de concretar los fichajes y, no menos importante, los salarios que cada jugador cobrará. Si bien los resultados son fundamentales, nada garantiza el éxito, incluso mantener en la plantilla al mejor jugador, si esto significa seguir manteniendo en las filas a alguien con un ego exagerado que no suma a nivel grupal.

Algunas directivas se caracterizan por apostar por este tipo de jugadores y centran todo su proyecto deportivo en una o dos estrellas. Un arma de doble filo si termina anteponiendo sus objetivos a las del club, porque una vez motivado su ego, será muy difícil de volver a bajar.

Una vez más, la buena comunicación del entrenador para gestionar la relación entre la directiva, el cuerpo técnico y la plantilla ocupará un rol determinante para controlar los egos en los vestuarios.

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