Desde el 1 de julio de este año han entrado en vigor importantes cambios impuestos por la FIFA con el objetivo de fomentar el desarrollo de los jóvenes futbolistas dentro de los clubes que los formaron y, de esta forma, evitar el exceso de cesiones. En este artículo hablamos sobre la nueva norma de cesiones y como complica el mercado.
Desde hace muchísimos años contratar a un futbolista cedido ha sido la forma más habitual por parte de los clubes de menores recursos para hacerse con jugadores de primer nivel pero que todavía no habían tenido la oportunidad de mostrarse en una primera división. El problema es que esto ya estaba provocando que los equipos más poderosos acaparen futbolistas con el fin de mantener una enorme cantidad de jugadores en cesión.
Esto ocasionó un gran movimiento a nivel de mercado ya que este exceso en la cantidad de cedidos estaba generando una gran barrera para los jóvenes que estaban en las canteras. Por este motivo, la FIFA se vio casi en la obligación de aprobar el último mes de enero una nueva norma de cesiones (que entró en vigor hace solo unos días) que promete un cambio en la manera de realizar transacciones entre los clubes.
El objetivo principal bajo esta nueva norma de cesiones de la FIFA es la de fomentar el desarrollo de jugadores jóvenes, que se promueva un equilibrio competitivo y que no se acumulen futbolistas en los clubes por el solo hecho de conseguir una negociación productiva. Uno de los puntos más importantes es el que expresa que existirá un plazo de tres años para las respectivas federaciones nacionales para implantar un sistema de cesiones propio que se encuentre dentro de los principios internacionales.
Vale aclarar que, dentro de esta nueva regulación, estarán exentos los futbolistas de hasta 21 años y los formados por el propio club, ya que se consideran canteranos.
El nuevo reglamento expresa la limitación del número de jugadores que cada club podrá tener en calidad de préstamo . Y si bien esto se deberá ir modificando de forma progresiva, la idea es que en los próximos 3 años todos se hayan ajustado a este punto. Por eso, desde el 1 de julio de 2022 y hasta el 30 de junio de 2023, los clubes podrán ceder un máximo de ocho futbolistas e incluir ocho prestados en cualquier momento de una temporada. Pero desde mediados del 2023 hasta mediados del 2024, este número se verá reducido a siete, y hacia 2025 serán 6.
Por otro lado, otra de las normas indica que las operaciones por cesiones no podrán tener una duración mayor a un año, un intervalo correspondiente a dos periodos de inscripción.
Además, queda totalmente prohibido ceder a jugadores profesionales que ya estén cedidos a lo que representaría una tercera institución. Por lo que las negociaciones quedarán entre dos instituciones sin un tercer involucrado. Vale aclarar que en muchos casos se realizan este tipo de “triples cesiones” para evitar algunas cuestiones impositivas.
Por último, la nueva norma de cesiones intentará limitar el número de cesiones entre dos clubes concretos por temporada. De esta forma, el máximo de futbolistas a ceder de una institución a otra será de tres. Mientras que también se podrá recibir como cedidos tres futbolistas profesionales de ese mismo club en cualquier momento de una temporada.
Sin duda, uno de los mayores detonantes que dieron pie a esta nueva norma de cesiones ha sido el caso del club inglés. El Chelsea siempre se ha caracterizado por tener una plantilla de jugadores extremadamente amplia. Y, cada temporada, varios futbolistas deben abandonar al club de Stamford Bridge en forma de cedidos para conseguir jugar algunos minutos en un primer equipo.
Hasta este punto todo tiene sentido, pero lo que suena inexplicable es que la última temporada, el conjunto londinense, ha cedido en total 23 jugadores. Lo cual resulta un exceso que necesitaba un freno.
Según lo expresó el portal BettingOdds, una casa de apuestas inglesa, los cedidos del Chelsea cobran entre todos cerca de 723.000 euros semanales. Es decir, casi 4 millones de euros al mes.
La mayoría de cedidos del Chelsea son jóvenes que abandonan el club para jugar muchos minutos y regresar como profesionales con más experiencia. El caso del centrocampista Conor Gallagher es un claro ejemplo de cómo un jugador sin lugar en un equipo grande, puede pasar a un equipo como el Crystal Palace y situar su nombre en las portadas de todos los diarios varias veces durante una temporada. O el caso de Mason Mount, hoy pieza clave del esquema de Tuchel, que tuvo que desarrollarse en el Vitesse y en el Derby County antes de debutar con el primer equipo y hacerse un lugar en el once.
Si profundizamos en la lista de los 23 cedidos del Chelsea encontramos nombres como los de Michi Batshuayi, Bakayoko, Danny Drinkwater o Kenedy, entre otros. Hoy en día esa cantidad de futbolistas parece un abuso por parte de un equipo poderoso que puede darse el lujo de formarlos (o contratarlos) para usar a equipos más pequeños como vidriera. La FIFA ha decidido que era necesaria una nueva norma de cesiones y es hora de llevarla a cabo.
